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¿Es demasiado teórica y poco práctica la Universidad?

Hay un 64 % de entrevistados que está muy o bastante de acuerdo en que las instituciones de enseñanza superior incorporan profesionales externos, pero un 30 % no cree que exista esta apertura

POr Ismael Sanz

El 3 de mayo la Fundación CYD publicaba el Barómetro CYD acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario Jorge Sainz (URJC, y colaborador también de El Debate), Marta Martínez (UAM) y yo hemos tenido la oportunidad de colaborar en este Barómetro. El gráfico muestra la opinión de la sociedad española, medida a través de una encuesta de GAD3 para la Fundación CYD, sobre si merece la pena ir a la Universidad. Un 87 % de la sociedad española tiene una percepción positiva de la contribución de las Universidades al progreso de la sociedad, 86 % a la formación a lo largo de la vida y el 84 % al acceso a empleos de mayor calidad o responsabilidad (84 %). Entre las aportaciones de la universidad que reciben algo menos de respaldo se encuentra que la universidad española «está abierta a contratar a profesionales de fuera de su entorno». Hay un 64 % de entrevistados que está muy o bastante de acuerdo en que las instituciones de enseñanza superior incorporan profesionales externos, pero un 30 % no cree que exista esta apertura. Esta apreciación de una parte de la sociedad podría estar basada en el hecho de que la universidad española no sólo no contrata a personas de fuera del mundo académico, sino que incluso en el proceso de selección de personal docente e investigador pudiera promocionar a profesores que ya están trabajando o han realizado su doctorado en la misma universidad que está contratando. La Estadística de Personal de las Universidades del Ministerio de Universidades publicada en febrero de 2022 muestra que el 67,89 % del PDI en España en 2020-21 ha leído la tesis en la misma universidad en la que imparte docencia. Aunque es 1,2 puntos porcentuales menos que el 69,17% de hace 5 años, en 2015-16, el elevado porcentaje de docentes que imparte clases en la misma universidad en la que ha realizado su tesis doctoral puede estar en la base de la percepción de una parte de la sociedad de la falta de apertura a contratar a profesionales de fuera del entorno de los centros de enseñanza superior en nuestro país. También podría ser que la sociedad española echa de menos la incorporación de más profesionales realmente externos a las universidades como profesores asociados.
Otra conclusión negativa la ofrece la percepción generalizada, de un 69 % de la población española, de que «En sus enseñanzas, la Universidad es demasiada teórica y poco práctica». Hay un 23 % que está poco de acuerdo con esta apreciación y sólo un 7 % no está nada de acuerdo con la afirmación. Es el aspecto cuya conclusión es más negativa para la Universidad en el informe. Las instituciones de enseñanza superior podrían dar a conocer en mayor medida las Prácticas Académicas Externas para mostrar los avances que se han producido en la última década para ofrecer una formación superior más conectada con la demanda de la sociedad y de las empresas.
El artículo en noviembre de 2021 de Di Meglio, Camiña, Barge-Gil y Moreno (2021) confirma que las prácticas en empresas en el ámbito universitario mejoran las perspectivas de inserción laboral. En concreto estos autores muestran los datos del Eurobarometer a jóvenes (18-35 años) en el que el 46 % de los jóvenes de la UE habían realizado al menos una práctica curricular. Pues bien, llevando a cabo una estrategia empírica para evitar que el sesgo de selección influya en los resultados, Di Meglio, Camiña, Barge-Gil y Moreno (2021) encuentran que las prácticas académicas externas (PAE) incrementan entre 3 y 4 puntos porcentuales la probabilidad de encontrar un primer empleo en menos de 3 y 6 meses. Además, estos autores hallan evidencia de que la probabilidad de estar desempleado a los 4 años de acabar el grado universitario es entre un 5,3 % y un 7,5 % menor para los estudiantes que han realizado prácticas externas en relación con quienes no las realizaron. Por el contrario, no se encuentran efectos positivos significativos de las prácticas externas universitarias en el matching vertical (no estar sobre-cualificado) ni en los salarios 4 años después de la graduación. En definitiva, Di Meglio, Camiña, Barge-Gil y Moreno (2021) concluyen que las prácticas académicas externas de las universidades «abren las puertas al mercado de trabajo: reducen el tiempo de búsqueda e incrementan la probabilidad de una buena adecuación al primer empleo. Su efecto positivo en la probabilidad de estar empleado no desaparece en el medio/largo plazo. Sin embargo, las prácticas no construyen un puente hacia la integración laboral en términos de matching o salarios 4 años después de la graduación». Cabrales (2022) realiza una revisión de la literatura de los artículos de investigación que analizan el impacto en los estudiantes de la realización de prácticas académicas externas, incluyendo el artículo de Di Meglio et al. (2021). Es importante tener en cuenta que puede haber autoselección, en el sentido de que pudiera ser que los estudiantes por sus competencias, motivación e interés en su empleabilidad sean los que más prácticas realicen, llevándonos en ese caso a la errónea conclusión de que estas prácticas mejoran la inserción laboral y la formación. Cabrales (2022) concluye de los artículos que analizan la causalidad eliminando el efecto de la posible autoselección, que la realización de las prácticas en empresas durante los estudios universitarios mejora la inserción laboral, sobre todo si tienen remuneración económica, y que no afectan (ni positiva ni negativamente) a la formación o competencias de los estudiantes.
Fuente: Barómetro CYD acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario

Fuente: Barómetro CYD acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario

https://www.eldebate.com/educacion/20230523/demasiado-teorica-poco-practica-universidad_116329_amp.html