Nuevo estatuto docente: cuándo regirán los cambios y el riesgo de que se frene en la Justicia
El proyecto fue aprobado en la Legislatura. Hay 90 días para reglamentarlo y que entre en vigencia, pero desde el oficialismo intentarán que sea antes. Opositores ya hablan de una judicialización.
Por Ricardo Braginski
Como estaba previsto, con 32 votos a favor del oficialismo y 27 en contra del peronismo y la izquierda -y tras más de dos horas de debates-, la Legislatura porteña aprobó este jueves el cambio del estatuto que rige la actividad de los docentes en el distrito.
El proyecto votado (que reforma otra ley, que es la del actual estatuto docente) busca jerarquizar la profesión de los maestros e incentivar a que se capaciten en las áreas más relevantes, como enseñanza de Lengua y Matemática. Para eso, crea nuevos cargos en las escuelas de mayor vulnerabilidad educativa y ascensos atados a esa formación.
Además, por primera vez los docentes podrán ascender sin la obligación de salir del aula. Y se titulariza a todos los docentes secundarios que hayan empezado a trabajar antes del 31 de marzo de 2020, de modo que puedan acceder a los nuevos incentivos.
La iniciativa oficial llegó al recinto con el rechazo de gremios docentes, que afirman que la reforma busca "precarizar" a la docencia y reclaman más titularizaciones. Un nutrido grupo de militantes se movilizó frente a la Legislatura y se registró un breve incidente con la policía, cuando algunos de ellos intentaron pasar las vallas.
Para amplificar el rechazo, los sindicatos UTE-Ctera (kirchnerista) y Ademys (de izquierda) también convocaron a un paro ayer que, según fuentes oficiales, apenas llegó a tener entre el 7 y el 8% de adhesión. Desde UTE le dijeron a Clarín que paró el 85% de los maestros de Capital.
A partir de ahora, corren 90 días para la reglamentación del nuevo estatuto y la publicación en el Boletín Oficial. Desde la Ciudad dicen que tratarán que eso suceda incluso antes. Las nuevas trayectorias formativas anuales podrán hacerse entonces durante 2023, con lo cual el primer impacto en las escuelas podrá sentirse a partir de 2024.
Todo esto si la ley avanza sin una judicialización que la demore o frene. El legislador Gabriel Solano (del Partido Obrero) dijo ayer en el recinto que “esta ley no soluciona nada y además se va a judicializar, porque todos los que se ven afectados en sus derechos tienen derecho a acudir a la justicia y lo van a hacer. Por lo cual esta ley termina como sabemos todos: no va a pasar nada”.
“Cumplimos nuestro compromiso de mejorar la carrera docente. A partir de ahora, los docentes de la Ciudad tendrán la posibilidad de ascender en su carrera sin tener que asumir cargos de conducción. Porque para nosotros la decisión de un docente de seguir formándose y capacitándose para mejorar su trabajo en el aula tiene un gran peso y, con esta reforma, será reconocida salarialmente”, le dijo a Clarín la ministra de Educación porteña Soledad Acuña.
Un debate intenso
El debate en el recinto fue intenso. Los legisladores vinculados a Juntos por el Cambio defendieron la necesidad de profesionalizar la carrera docente y de darles más oportunidades a los maestros. También marcaron la defensa de la presencialidad durante la pandemia por parte del gobierno de Larreta.
Desde la oposición, en cambio, argumentaron que el proyecto no resuelve los problemas laborales que tienen hoy los maestros, reclamaron que se titularice a todos los docentes (especialmente los de los profesorados). Afirmaron que no hubo consulta con los docentes y que los cambios laborales deben darse en una paritaria del sector.
Una voz fuerte del oficialismo fue la de la radical Manuela Thourte, quien cerró la sesión. “Esta reforma que se quiere disfrazar de precarización es una oportunidad para los docentes de la Ciudad. No obligamos a nadie a hacer nada que no quiera, estamos brindando nuevas oportunidades de formación. Queremos reconocer a los docentes con más experiencia y con formación específica en los aprendizajes que hay que reforzar”, dijo en el recinto.
“No todos los docentes quieren salir del aula, esperar un promedio de 10, 15 años para pasar al siguiente escalafón que es secretario y consiste en tareas administrativas. A los padres y madres les preocupa que los docentes con vocación, formación y deseo de estar en el aula puedan hacerlo”, agregó.