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Equidad + Igualdad - Homogeneidad = Autonomía educativa
Mariana SchenonePedagoga- Editora de Tramared- Investigadora en formación
Palabras claves: equidad, homogeneidad, igualdad, creencias, autonomía, calidad educativa
Introducción:
El ideal pansófico se fundó en la premisa de “Enseñar todo a todos”, lo cual definió un modo y método de enseñanza, con el objetivo de propiciar el acto de enseñar a todos lo mismo, de la misma manera y al mismo tiempo, y así, quizás sin querer, homogenizar a los sujetos en el acto de aprender. Todos debían aprender todo y como resultado, se terminó por uniformar un método de cómo enseñar a los hombres. Pero ¿ese era el fin de la premisa? o ¿fue la interpretación del mismo hombre, que inmerso, en un contexto determinado y respondiendo a unas demandas determinadas, terminó por conformar una teoría del aprendizaje sobre los principios de universalidad?
En la modernidad, el modelo fabril se extrapoló a la educación, era lo innovador, lo disruptivo y este modelo de pensamiento homogeneizador se ajustaba al contexto. En función a este modelo, las escuelas se edificaron.
¿A qué refiere la idea de enseñar todo a todos?
“En las escuelas hay que enseñar todo a todos. No ha de entenderse con esto que todos tengan conocimientos (especialmente acabados y laboriosos) de todas las ciencias y artes. Esto ni es útil por su misma naturaleza ni posible dada la brevedad de la existencia humana” (Comenius, pag.75)
Pero antes de continuar, es preciso definir los conceptos: equidad, homogenización e igualdad, con el objetivo de poder entender cómo sus significados y el uso de estos, se adaptaron a la construcción social desde un orden imaginario y por qué no, hasta mítico de la creencia de igualdad y equidad de la humanidad. Parecen ser a simple vista palabras similares y pueden ser homólogas entre sí, lo cual muchas veces conlleva a la confusión, y en educación, muchas veces se usan casi indiscriminadamente de la misma manera, despertando acuerdos y desacuerdos constantemente en función a los métodos y a los roles. Estos conceptos están unidos a las creencias nucleares o nodales de los seres humanos y atender a estas puede atentar contra los principios fundantes del hombre.
Equidad es una palabra que está ligada al sentido de justicia, ya que refiere a dar al otro lo que se merece según sus méritos en lo que hace. Tiene raíz en el latín aequitas y significa "igualdad" y sus componentes léxicos son: aequus (igual), más el sufijo -dad (cualidad): es, entonces, la cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones.
Igualdad, si bien, es la palabra que más relación posee con equidad, no es su sinónimo aunque muchas veces se las use indistintamente. Tienen la misma raíz etimológica que proviene del latín aequalitas, que significa “llano” o “equilibrado”. Es una cualidad y principio que reconoce la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones, lo cual remite al sentido ético. Esta cualidad de equiparar a todos los individuos da lugar a la construcción de la creencia colectiva de que todos los seres humanos son iguales y tienen los mismos derechos y obligaciones.
La homogeneidad, en cambio, es una palabra que remite, por su definición, al aspecto biológico y se caracteriza por ser semejante, uniforme y pertenecer al mismo género. Uniformar a los seres desde sus equivalencias y simetrías. Es un sustantivo femenino, una cualidad, característica, esencia, índole, carácter, condición y calidad de homogéneo y este último término, se define como: igual, uniforme, semejante, idéntico o indiferenciado, aplicado a todas las cosas y elementos que pertenecen o corresponden al mismo género o son compatibles con las sustancias.
Ahora bien, la homogeneidad en la educación fue y es una consecuencia de la construcción ética, errónea, de la igualdad: igualdad de derechos y obligaciones, y desde este fin ético derivó en esa construcción de un “orden imaginario”1 que colaboró a civilizar al hombre. Esta creencia mítica de igualdad, se aplica a la idea de enseñar todo a todos, lo que fue y es la filosofía de las escuelas.
Esta construcción mental y algo mítica del colectivo humano se consolidó a lo largo de los años como una creencia nuclear que define al mismo hombre, le otorga identidad. Pero, sin embargo, pensar en esta igualdad no equivale a homogenizar y no se corresponde al sentido de justicia de la equidad.
“(…) la idea de que todos los humanos son iguales también es un mito. ¿En qué sentido todos los humanos son iguales entre sí? ¿Existe alguna realidad objetiva, fuera de la imaginación humana, en la que seamos realmente iguales? ¿Son todos los humanos iguales desde el punto de vista biológico?”. (Y.N. Harari, 2017, p.127)
Las ciencias biológicas dan una respuesta acerca de la evidencia que cada ser humano es único e irrepetible. Harari agrega: “(…) el hombre evolucionó, no fue creado” (p.129), es decir, la construcción de igualdad remite inexorablemente a la noción de creación, a una cuestión mítica de la representación de un hombre a imagen y semejanza: “todos somos iguales a imagen y semejanza, ante los ojos de Dios”.
Desde este imaginario colectivo, el sentido de igualdad y equidad se homogeneizan en consecuencia a la demanda porque se confunde “necesidad” con “derecho”. Por lo cual, la igualdad como derecho a la educación se postula como la universalidad de la educación y la equidad se ve amenazada. Dentro de estos tres preceptos, igualdad, equidad y en consecuencia, homogenización (como el resultado más coherente respondiendo a esta necesidad del hombre), se rige el sistema educativo hasta el día de hoy. Se erige en la creencia mítica que garantiza el acceso a la educación de calidad y en función de ello, se construyó la creencia de calidad educativa.
Creencias:
¿Qué son las creencias?, Ortega y Gasset las define como “las ideas de sí mismo y del mundo” (p.232)
“Estas “ideas” básicas que llamo “creencias”-ya se verá porque- no surgen en tal día y hora dentro de nuestra vida, no arribamos a ellas en acto particular de pensar, no son, en suma, pensamientos que tenemos, no son ocurrencias ni siquiera de aquella especie más elevada por su perfección lógica y que denominaremos razonamiento. Todo lo contrario: esas ideas que son, de verdad, “creencias” constituyen el continente de nuestra vida y por ello, tiene carácter de contenidos particulares dentro de éstas… sino son ideas que somos”(p.232)
Con el fin de respetar los derechos del hombre a ser educados y educados con el fin de poder acceder a todo, y todo, como el conocimiento que se debe alcanzar, paradójicamente, y en consecuencia, se generó inequidad. Más del 48%2son los alumnos escolarizados de nuestro país que desertan y/o abandonan la escuela. Los ingresados al sistema educativo abandonan en el nivel secundario, lo que da lugar a conformar una realidad virtual que pareciera ir en concordancia con estos preceptos educativos, homogeneizando el saber, porque dar todo a todos no implica uniformar.
La homogeneidad en la educación:
Infiriendo que la homogeneidad se arraiga a la idea de igualdad y específicamente, en educación a la igualdad de oportunidades, es decir, a la igualdad para acceder a la información, se desarrolló un método educativo que terminó por homogeneizar y nivelar a los seres humanos tal cual: The Wall3. La escuela homologó a todos los sujetos de aprendizaje, los instó a ser de una determinada manera, borrando las diferencias. El problema es que no se tiene en cuenta la diversidad del hombre y en realidad, esto puede entorpecer y dificultar la tarea de enseñar. Es más sencillo enseñar a todos lo mismo que atender a las diferencias. Será pues, que la homogeneidad en el método educativo desde el sentido antropológico y ético de la igualdad, atenta contra el derecho a ser educado promoviendo la inequidad. Respetar los derechos de los otros implica respetar la diversidad del hombre y en función de esto, se cae en la trampa de esta misma creencia colectiva. La igualdad de oportunidades debería centrarse en brindar las estrategias y métodos más adecuados y diversos que se acomoden a la heterogeneidad de los seres a ser educados. Salir de la universalidad para adentrarse en las singularidades.
Pero comprender el contexto en el que surgen las ideas es esencial para poder llegar al entendimiento de cómo hoy el mundo cambió y son otras las reglas que están en la escena educativa. Ya no hay universalidades, hay singularidades y hay que respetar esas singularidades. Hoy la igualdad ya no concierne al hombre como una identidad a homogeneizar. Entender que la heterogeneidad da lugar a la igualdad de oportunidades y a la equidad, debería llevar a brindar oportunidades en función de las singularidades de todos. La escuela sigue ejecutando premisas viejas que deben aggiornarse al contexto de la contemporaneidad. Un ejemplo de esto son las pruebas PISA, que a partir de un resultado, homologan un criterio y una forma de enseñar y así, permiten acceder a un ranking mundial desde las mismas cualidades, sin tener, obviamente, en cuenta los contextos. Por ende, propician la uniformidad del aprendizaje. Las ideas innovadoras plantean la heterogeneidad en los métodos, pero la evaluación conlleva a cometer y repetir los mismos errores, promoviendo la inequidad.
Todo a todos:
¡Comenius sigue vigente! El ideal pansófico es enseñar todo a todos, pero desde las individualidades. La homogeneidad como tal se fisuró y obliga, hoy más que nunca, a la escuela a redefinirse desde este nuevo contexto.
“Por tanto, todos los que hemos venido a este mundo, no solo como espectadores, sino también como actores, debemos ser enseñados e instruidos acerca de los fundamentos, razones y fines de las principales cosas que existen y se crean” (Comenius, 1632, 232 p.)
La información ya no es de algunos, sino, está al alcance de la mano y la tecnología abrió la puerta al acceso inmediato.
Igualdad y equidad no son sinónimos de la calidad en educación pero son las cualidades de esta y hoy sí, se tienen en cuenta y se atiende a la heterogeneidad. Quizás se pueda comenzar a achicar la brecha. La disrupción será, entonces, concebir el ideal pansófico de enseñar todo a todos prestando atención al contexto que hoy nos obliga a pensar en la diversidad.
La posibilidad de generar métodos y por qué no también, redefinir roles más acordes a esta realidad, podrían dar lugar a conseguir la meta tan ansiada de la calidad educativa. Ya la centralización del poder de territorializar el saber, pasó de moda y no colabora con reducir la brecha que genera la inequidad. Es momento de pensar en varias posibles formas o maneras de educar y proyectar el futuro reorganizando el pasado, aprendiendo de este, lo que podría dar lugar a nuevas configuraciones educativas y a redefinir la creencia colectiva de calidad educativa.
En conclusión la escuela debe adaptarse a las necesidades de la sociedad y no al revés, respetando el derecho de igualdad de los ciudadanos en función de la equidad y la heterogeneidad: “Desarrollar una “escuela a medida” según la fórmula de Claparéde, es el sueño de quienes consideran absurdo enseñar lo mismo en el mismo momento, mediante los mismos métodos, a unos alumnos muy diferentes entre sí”. (Perrenout, 1998, p.12)
Notas al pie
1Harari, en su libro Sapiens, lo define como aquello que construye el hombre con el fin de respetar los derechos de estos y ante la ley poder ser juzgados de la misma manera.
2Observatorio Argentino
3Película de los años 80 escrita por Roger Waters
Bibliografía
- Comenius, J. A., 1632, “La didáctica Magna”, Akal,Madrid, España
- Diccionario de la Real Academia Española
- Harari, Y., 2017, “De animales a dioses”, Debate, Bs.As. Argentina
- Narodowski, M, 2017, “clase de Innovación” Cátedra: Tecnología, Innovación, Educación. Máster de Política educativa UTDT. Bs.As., Argentina
- Perrenout P., 1998, “Donde van las pedagogías diferenciadas”, Educar N 22-23 pag.11-24, Universidad de Ginebra, Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación. Ginebra, Suiza