Skip to main content

El ingreso a primer año del Secundario en Jujuy, sin derechos garantizados

El ingreso a primer año del Secundario en Jujuy, sin derechos garantizados

Prof. María Fabiola Recchiuto

Quiero sumarme al debate actual sobre las condiciones de ingreso a primer año en la provincia de Jujuy y hacerlo desde el camino recorrido como profesora, técnica del nivel central, equipo de la comisión del Marco Académico, asesora pedagógica y madre de hijos en el nivel y próximos a ingresar.

El debate

El debate se plantea en términos de dispositivos para el ingreso en instituciones donde la demanda supera la vacante disponible. Hasta el año 2019 se organizaba mediante exámenes de ingreso, condición tal que la comisión constituida por ese entonces para actualizar los regímenes académicos valora como pertinente una actualización ya que JUJUY era la única provincia que sostenía esta modalidad y avanza sobre una propuesta superadora que responda a los principios de la LEY 26206, disponiendo un sistema mixto con sorteo de vacantes y prelaciones: abanderado, con discapacidad, hermanos en el nivel, otros.

La novedad resistida

Este dispositivo creado por el área de ingeniería educativa (Sistemas) luego de un sinfín de sugerencias posibles, se diseña una forma novedosa a la vez que intentaba abarcar las expectativas de la demanda educativa. Los padres podían inscribir a sus hijos en dos instituciones. La inscripción fue en línea, garantizando en las escuelas primarias el acceso para hacerlo y socializando el procedimiento por todos los medios disponibles, logrando una pre-inscripción del 98 % del total de la matrícula. La inscripción registraba día, hora, minuto y segundo en el que se realizaba y la prelación elegida por la familia (hijo abanderado, con discapacidad o con hermanos en el sistema, otros). Con esa base de datos se pudo ver reflejado que la demanda podía ser absorbida por la cantidad de vacantes a nivel provincial, pero lo que se debía continuar regulando era el ingreso a las instituciones sobre demandadas.

Es así que la ingeniería se pone en juego definiendo, en un sorteo, un momentum, un tiempo que sería de referencia para asignar vacantes desde ese tiempo en cantidad de vacantes previamente declaradas por cada institución y según prelaciones. Sin la informatización de este dispositivo no se podría hacer lo antes dicho.

De manera pública, y luego con control de escribanía de gobierno, el sistema organizaba según el enunciado programado para los fines de asignación y de esa manera el listado era informado por esta programación. Esas listas se direccionaban formalmente a las instituciones quienes procedían a socializar la información y atender a los padres, para confirmar esas vacantes.

El trabajo de ingeniería complejo y de gran eficacia se desplegó entre los años 2020 a 2023 y, a pesar de la transparencia, fue resistida por algunos bajo argumentos de rechazo al procedimiento del azahar y bajo el argumento o creencia de que debía defenderse el mérito y que éste se reflejaba en los exámenes.

El mérito, el examen y la falacia del saber adquirido

Bajo un encuadre de investigación cuantitativa pude realizar una aproximación analítica al argumento del mérito y a la idea de que el que ingresaba mediante este dispositivo (que reflejaba el gran deseo de estar en esa institución) permanecía en la escuela hasta el egreso.

Según los datos del sistema de información y estadística del ministerio y del análisis documental de las pruebas de ingreso de las instituciones con sobredemanda, se evidenció que los estudiantes no acreditaban saberes mínimos, esto es, no aprobaban y el mecanismo sólo servía para posicionarlos en una tabla de calificaciones que ordenaba la selección ya que en el 80 % de los casos y en algunas escuelas más, no aprobaban, concluyendo que los estudiantes no habían adquirido saberes mínimos. En el caso de la sostenibilidad de la matrícula, realicé una comparación entre las instituciones que tomaban examen y las que no, pudiendo concluir que la variable no era significativa. El desgranamiento en las escuelas es una tasa común a unas y a otras.

Agregar a esto que los estudiantes evidenciaban en la instancia del examen un nivel de estrés elevado y la posterior frustración de no haber podido primero acreditar y luego no ingresar.

Con el mecanismo de sorteo y prelación se garantizaba un cupo de primer orden a los abanderados, si de defender el mérito se trataba.

La autoexclusión

Una variable que me llamó la atención entre los datos comparados en el tiempo previo al examen es la cantidad de estudiantes inscriptos a rendir, comparada con las que se inscribieron en instancias de sorteo. En esta última se evidenció cinco veces más postulantes, lo que me llevó a preguntar por qué para el ingreso por examen no se presentaban. Allí entra la noción de auto-exclusión. Muchos jóvenes no se creían capaces, no tenían ayuda para preparar el examen, no se consideraban con derecho a aspirar a estas escuelas sobre-valoradas.

Las diferencias de cuna

Sabido es que en la sociedad jujeña hay una pobreza extrema y las condiciones sociolaborales se dan en escenarios de informalidad y precariedad en un gran porcentaje de la población. Las infancias son vulnerables y las juventudes no están ni mejor alimentadas ni con opciones para el futuro. La estimulación temprana por ende no alcanza a potenciar desarrollos para muchos niños y niñas y lo no adquirido en ese tiempo crucial es una falta de por vida. Entonces no se pueden comparar capacidades mediadas por un examen que de plano sólo evidencia esa desigualdad de logros.

La prueba que no se usa para nada o para algo peor

Para profundizar mis indagaciones quise saber qué hacían con las evaluaciones escritas y mencionar que entones se preparaban tres instrumentos diferentes y se elegía uno. En ese proceso intervenían las maestras de nivel primario en un trabajo articulado con docentes de secundario (de Lengua y Matemáticas), toda una logística para el encuentro, la definición de criterios y saberes relevantes entre otras operaciones necesarias.

En muchos casos esos instrumentos se cuestionaban desde lo técnico-pedagógico y no hay evidencia que usaran los mismos para alguna actividad pedagógica pensando que quizás podría ser un insumo para el diagnóstico. Lejos de eso, las calificaciones se usaban para ordenar los agrupamientos por divisiones, siendo los de mayor calificación los que accedían a la primera, marcando circuitos diferenciados desde la línea de arranque.

La igualdad de oportunidades

Retomo el debate por sí o por no, aclarando que en el debate están los principios de la LEN 26206 que dispone igualdad de oportunidades (ART 11) para el ingreso, el recorrido y el egreso, esperando, además, la calidad de lo ofrecido.

Pensar en sintonía al derecho declarado en la misma y que también es defendido en el ART 5 de los Objetivos mundiales para el Desarrollo Sostenible (ODS), recalcar que las políticas educativas deben ser garantes de esto, es pensar que el sistema tiene que buscar las maneras para levantar las banderas de esos principios de la humanidad.

Madre y profesora

Una gran motivación para participar en distintas áreas de educación fue y serán mis hijos. Plantearme preguntas sobre el sistema ha sido una práctica cotidiana desde mi profesión, desde perspectivas críticas y desde encuadres psicosociales. Pero más que eso me cuestiono cuál es la escuela en la que quiero que estén mis hijos y, como madre, veo que el mensaje que se transmite es que los derechos se recortan, se anulan según el político de turno, o el derecho es para algunos sí, para muchos no. Este debate sobre el ingreso lo converso con mi hijo mayor que cursa 5to año de secundario técnico y también converso sobre las prácticas y rituales cotidianos de muchas escuelas. Espero que mis mensajes se sostengan en el tiempo en la configuración de su psique. Que sepan mis hijos que el derecho es de todos.

Así lo entiende la justicia

Que el derecho es de todos es el marco de justicia por el cual en la provincia ya hubo un dictamen (en el año 2010) que tuvo por caso el de la Escuela Normal de capital. Se pretendía acceso directo de los estudiantes de nivel primario a nivel secundario. En ese tiempo ni siquiera querían un examen de ingreso, se pretendía acceso directo. Los argumentos del juez, ajustados a derecho, no dieron lugar a tales pretensiones y avala el sorteo como mecanismo de igualdad para el acceso. Pero las autoridades de turno, hoy, desconocen al parecer estos precedentes.

Retroceder y rendirse, jamás

En la provincia de Jujuy en el presente año, y bajo la resolución 1057-453-24- E, se dispuso volver a aplicar el discutido examen de ingreso para algunas instituciones de la ciudad capital y de San Pedro. A lo largo de muchos años (desde 1983) las jurisdicciones fueron creando otras alternativas para regular el ingreso ajustándose, algunas más, otras no tanto, a los derechos humanos (para ampliar esto pueden consultar la investigación que realiza Luis Rigal en el año 2018). En Jujuy hoy, la normativa mencionada, hace lugar a un pedido de un sector y cito lo expresado en los considerandos del instrumento ministerial, “atendiendo a la demanda de (algunos) sectores”, gobernando para esos algunos, dejando por tierra los esfuerzos, las conquistas alcanzadas. Una vez más, sin evaluar impacto y porque alguien lo pidió, se deja de lado el trabajo técnico y el de ingeniería en sistemas informáticos aplicados a la complejidad de un área multidimensional como lo es la educativa. Se dispuso dar lugar a un sector demandante de creencias anquilosadas en un pasado que ya no existe y se vuelve a un tiempo de meritocracias de bajo impacto, en una escuela secundaria obligatoria. Se niegan las diferencias de cuna, se acomodan los discursos.

Somos testigos de que se dejaron de lado los principios LEY, volviendo a tener circuitos para algunos, excluyendo a la gran mayoría.

Pero no olvidemos que en el ARTÍCULO 11 LEN 26206, inc. a), los fines y objetivos de la política educativa nacional son: Asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades, sin desequilibrios regionales ni inequidades sociales y sigamos trabajando para poder garantizar estos principios desde el lugar que cada uno ocupa, o de denunciar su incumplimiento.

  • Creado el .