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Volver a la escuela, a la escuela real

La siguiente columna fue publicada el 17 de junio de 2020; solo habían pasado cuatro meses desde el inicio de la pandemia y el autor ya destacaba la importancia del regreso a las clases presenciales

Gustavo Iaies

Gustavo Iaies fue una de las voces autorizadas que pidió a lo largo de las restricciones por el coronavirus Covid-19 que los estudiantes estuvieran en las aulas. La siguiente columna fue publicada el 17 de junio de 2020; solo habían pasado cuatro meses desde el inicio de la pandemia y el autor ya destacaba la importancia del regreso a las clases presenciales.

Las galletitas “Manón” en el bolsillo, el delantal blanco planchadito, los cuadernos forrados con araña azul, eran algunas de las rutinas de la llegada a la escuela. La maestra que conocíamos al llegar, el beso que nos daba y la felicitación por los cuadernos, o por lo blanco del delantal: “Esperemos que dure así todo el año, nos decía”. No era un comentario sumamente gracioso, pero era un modo de decirnos que nos había visto y que nos iba a cuidar.

Muchos años después, la pandemia y la cuarentena se apropiaron de muchos de estos valores, de los compañeros, del desayuno en la escuela, de la compañerita que nos gustaba, de la maestra recta, etc.

¿Dónde está todo esto en el Zoom? Ese primer encuentro con la sociedad, con "los otros", con el conocimiento, se lo ha tragado la cuarentena, no lo trae ninguna plataforma.

La vuelta a la escuela requiere un encuentro con muchas de esas cosas, los chicos, las experiencias, entre los docentes y un proyecto de trabajo para ver hasta dónde han llegado los alumnos en términos de aprendizaje y qué les ha pasado en el terreno afectivo.