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Escribir sobre agua

“La tendencia repetitiva a volver a empezar de cero”.

Por Mariana Schenone

 El sistema educativo argentino por más de 70 años no logra superar las brechas, inequidades y mejorar la calidad educativa. Resoluciones, normas y leyes, herramientas quedan enquistas en las dificultades de llevarlas a la práctica. Parecieran que están fuera del alcance de la sociedad educativa, en una dimensión virtual de buenas intenciones.

En función del relevamiento realizado, muchas son las resoluciones votadas por el consejo federal de educación que se nunca llegan a ponerse en acción quedando olvidadas en algún cajón del ministerio y otras son modificadas con nuevos nombres sin nunca pasar a la fase de monitoreo y/o evaluación. Una tendencia a volver a empezar de cero es un patrón de conducta que se repite a lo largo de las décadas.

Sobre la base de tres puntos se tratará de intentar analizar este patrón de conducta negativa en la planificación y gestión de las políticas educativas argentinas:

  1. Presentación de la situación y la demanda social
  2. Un análisis situacional, una tendencia a empezar de cero
  3. ¿Hay una luz al final de túnel?
  4. Presentación de la situación y la demanda social

Entre idas y venidas, cambios de gobiernos y de ministros, desde la dictadura hasta la valorada democracia, las distintas medidas se concibieron, con muy buenas intenciones, en línea de mejorar la educación, estas parecen no lograr el objetivo.

Entre caminos de algunos avances y muchos retrocesos la coyuntura en la educación argentina se consolida e instala a lo largo de las décadas y cada vez se hace más difícil reconstruirla, el contexto socio-económico le saca protagonismo, solo logra conseguir ese lugar en la previa a las elecciones o en situaciones de conflictos gremiales, paritarias, paros docentes y/o las tomas de colegios. (el PPT Vázquez, Luciana)

Sin embargo, se podría decir, que muchos de esos cambios se deben a la misma evolución de las necesidades de una sociedad que reclama y está demanda se construye de acuerdo con esas ideas detrás de una política avalada por las creencias e ideales de un bien en común, aunque el modo de conseguirlo caiga en la grieta de distintas formas de llegar a ello y con muchas dificultades de lograr construir consensos, otra vez el pueblo queda preso de esas idas y vueltas.

Ahora para lograr ese manifiesto artístico: imagen de la familia obrera, instalación de Oscar Bony, en 1960, es la meta que de promueve y busca alcanzar se configura como un manifiesto abstracto de trabajo, estudio y ascenso social.

Un poco de historia:

En 1868, la ley de educación 1420, establecía la enseñanza primaria obligatoria, gradual y gratuita para todos los habitantes.

La ley Láinez, promulgada en 1905, por Láinez promovía la universalizar el derecho a la educación, una educación laica y el estado como agente principal educador habilitando a las provincias a fundar escuelas nacionales.

En 1947 llega a la reforma educativa del peronismo, la cual se consolidó bajo la premisa de inclusión y equidad. La educación secundaria dejará de ser solo para una élite y se desarrolla un plan de progreso para los contextos más vulnerables.

La promulgación de la educación técnica permitió el acceso a la educación secundaria a los hijos de los trabajadores, observándose una dramática suba en la matriculación del alumnado, pero este logro vino acompañado de los índices más altos para la época de deserción y abandono escolar. Esta situación se acuñó con los años y se convirtió en unos de los problemas más evidentes de la disonancia cognitiva en las políticas educativas de nuestro poder político. Cada nuevo Gobierno, con muy buenas intenciones, planteó distintas propuestas con el objetivo de resolver dicha situación cada vez más dramática y, que año a año, los índices seguirían aumentando. Eso sueño de ascenso y promoción social se ve cada vez más difícil de conseguir.

En 1957, se redacta el Estatuto docente vigente hasta el día de hoy, con el objeto de resguardar el trabajo de los maestros.

Algunos años después de derrocamientos y dictaduras, el Estado pierde poder y se ausentaba desde el punto de vista educativo.

La ley Láinez, fue anulada en 1.970 por Juan Onganía y en 1.978 durante el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla, las escuelas fueron transferidas definitivamente a las provincias donde se encontraban. Durante las dictaduras del ’76 al ’83, se siguieron trasfiriendo escuelas de una manera desordenada. Durante las dictaduras, el papel del Estado impuso contenidos conservadores llevando a la represión a aquellas escuelas que no se acomodarán de manera obligatoria a sus exigencias. Un período muy oscuro de nuestra historia.

En 1983, con la vuelta a la democracia se realiza el Congreso Nacional de Educación, con el objetivo de reconstruir un sistema arrasado por leyes de prohibición y anulación de ideales.

En los 90, esta transformación dio pie al modelo educativo llamado NEO-LIBERAL. Durante este período se promulgo unas series de normas que continuaban de las reformas impulsadas por la dictadura a partir de 1.976. se impuso la lógica de mercado. En 1.992 se dio la Ley 24049 de Transferencias de Servicios Educativos, esta ley paso por todas las escuelas de enseñanza media y superior del estado nacional a la provincia.

En 1.993 la Ley Federal de Educación y la Ley de Educación 24591 Superior, moldearon un nuevo régimen, por el cual dejo de ser un derecho que el estado debía garantizar para ser entendido como un servicio de “consumo”. La Ley Federal de Educación N° 24195 ordeno el sistema educativo de la siguiente manera:

     Se amplió la obligatoriedad a 10 años. Se dividió el sistema en cinco niveles:

Nivel Inicial (de 3 años a 5) 

     EGB (ciclo de 9 años) 

     Polimodal (posterior al cumplimiento de la EGB 3 años como mínimo) 

     Educación Superior (formación profesional y académica de grado) 

     Educación Cuaternaria (formación especializada de profesionales)

 

El modelo Neo-liberal desmembró la estructura de la educación nacional, el histórico sistema unificado dio paso a un régimen de 24 administraciones sin criterio común que significó un aumento de desigualdad educativa.

El estado nacional ya no se hizo responsable de los resultados educativos y se puso el peso del rendimiento escolar sobre las propias escuelas, los docentes y los alumnos.

2.001 en ese contexto y ante el derrumbe social y económico de este año, se requerían cambios. Se necesitaban pensar políticas que reconocieran a la educación como un derecho y como una responsabilidad social.

A partir del año 2003, Néstor Kirchner (presidencia 2003/2007), se discutió la necesidad de un nuevo marco legal para que el estado volviera ocupar su cargo generador en el sistema educativo.

Algunas de estas leyes vigentes como la ley de financiamiento y la ley de educación 26206 nacen de las mejores intenciones con un halo de esperanza para garantizar la equidad, igualdad y calidad educativa.

 

 

  1. Un análisis situacional: una tendencia a empezar de cero:

 

Estos sistemáticos cambios efectuados por el devenir de nuevos ideales, no solo fueron manifestaciones de respuestas frente a las emergencias educativas que año a año se acentuaba más y más, sino, fueron manifestaciones de un poder político tenido de una ideología por detrás que pesa más que la necesidad de reconstrucción de la educación. La educación como prioridad queda restringida a un solo ideal.

Algunas de estas leyes vigentes como la ley de financiamiento y la ley de educación 26206 nacen con un halo de esperanza para garantizar la equidad, igualdad y calidad educativa. Sin embargo, garantizar el derecho a la educación y promover a la educación como prioridad en el 2021 sigue siendo una tarea complicada de lograr. Las nuevas propuestas de financiamiento y resoluciones acordadas en el consejo federal de educación quedan presas de la dificultad de llevarse a cabo y se convierten un vademécum de resoluciones, algunas olvidadas y otras renombradas sin llegar a ser evaluadas ni relevar que se hizo bien o mal.  Este patrón neurótico aumenta la desconfianza y el descreimiento de la sociedad y, si bien, esta se embandera en la lucha por conseguir la calidad educativa otros emergentes le quitan protagonismos. 

Cada cuatro años cambio de gobierno, cada dos de legisladores y diputados, se presenta como momento propicio para realizar ese cambio tan esperado en la política educativa de nuestro país y en cada uno de los discursos de los distintos políticos que pelean una elección, la educación es un buen argumento para lograr su propósito personal. Pero como ese sistema debe renovarse y cambiar en función de las necesidades que se suscitan los argumentos, válidos, quedan inmersos en promesas sordas que nunca llegan a su meta.

Algunos planes y programas para recuperar los estudiantes en las últimas dos décadas:

  • Planes MEJORA

-Fortalecimiento de trayectorias (Resol.122/10)

-Vinculación con sectores tecnológicos y socio-productivos

-Desarrollo profesional docente

-Mejora de entornos formativos

Planes trayectoria y recuperación

  • Propuestas para la inclusión y/o Regulaciones de las Trayectorias Escolares en la Educación Secundaria (resol cfe 103/10)
  • Trayectorias escolares reales de niños y niñas y jóvenes (resol cfe 122/10)
  • Plan de estudios de bachillerato adultos (resol ministerio de educación nacional 6321/95)
  • Plan FinES (resol 3520/10, resol.178/16, (resol ministerio de educación nacional 146/20)
  • Becas PROGRESAR (resol. ministerio de educación nacional 900/2021)
  • Plan Clan (resol. 395/21)
  • Programa de educación, Trabajo y desarrollo sostenible
  • Aulas Móviles (Resol. cfe 106/10)
  • Ley de educación a distancia, (ART.109 de la LEN)
  • Conectar igualdad (Resol. cfe 123/10)
  • Economía del conocimiento (Período de la presidencia de Macri)
  • Pensamiento computacional y robótica (2017)

En esta década de propuestas e ideas en consonancia con una dialéctica tecnológica fueron varias las normativas y resoluciones que se propusieron desde el Estado con el objeto de buscar una mejora en el sistema educativo que además permitiera ponerse al día con exigencias de la contemporaneidad. 

Conectar igualdad (Resol. CFE Nº 114/10)[1] fue una iniciativa en esa línea, que ofrecía a los diferentes actores del sistema educativo la posibilidad de reinventarse, brindando equipamiento y formación. Entre idas y venidas fue descontinuado el programa en el 2018 con el objeto de proveer a las escuelas de un sistema más complejo, que las habilitara a constituirse como comunidades tecnológicas a partir de la concepción de una economía del conocimiento. Otra medida que se ajustó a estas modificaciones fue la Resol. CFE Nº 343/18, que aprobó la implementación de contenidos de núcleos prioritarios en educación digital, pensamiento computacional y robótica. Ambas resoluciones fueron intentos de alfabetizar y proyectar un pensamiento tecnológico en los profesionales de acuerdo con las exigencias socioculturales de esta época. Pero el 2020 sorprendió con la necesidad de cierre de las escuelas debido a la pandemia y algunas resoluciones pasadas fueron reactivadas, otras se modificaron y surgieron otras nuevas, todo con un mismo fin: hacer frente a la situación.  

Algunas de resoluciones del Consejo Federal de Educación (CFE), que se votaron por unanimidad, fueron, pero con la llegada del covid- 19 se reformularon: 

  • Resol. CFE Nº 363/20 Evaluación y continuidad pedagógica, cuyo objetivo es garantizar la continuidad pedagógica, tanto desde la educación remota como a través de los medios de comunicación, y de la realización de cuadernillos en función de los distintos escenarios. 
  • Modificación del art. 109 de la Ley Nacional de Educación referente a la educación a distancia (Resol CFE Nº 365/20 propuestas educativas a distancia).

Cuando se resuelve en 2006, las pruebas ONE, que luego se renombraron Aprender (2012) evidenció no solo los altos niveles de deserción en la educación secundaria, sino que, también, se puedo reflejar el bajo nivel de rendimiento académico y en concordancia con estos índices, los niveles de repitencia y sobre edad de los estudiantes a la hora de finalizar cada ciclo.

Cada nueva propuesta o plan que se presentó a lo largo de las distintas décadas pareció actuar como refuerzo de un patrón conducta repetitivo de fracasos.

RESULTADOS PRUEBAS APRENDER 2019:

Contexto social y familiar:

  • 53%  no cubre la canasta básica
  • El 41% falta por no tener ganas de asistir
  • 37% realiza Actividades productivas + escolaridad

                                 33% Hombres

                                 29,8 % Mujeres (Tareas domésticas)

Recursos Tecnológicos:

  • 46% no tiene computadora en el sector privado en el estatal 58%
  • 39% tiene de 1 a 50 libros en la casa
  • El 90% tiene celular, pero no se les permite usarlos en la escuela con fines pedagógicos

Aprendizajes básicos:

  • 28,6 % tiene desempeño satisfactorio en Matemáticas
  • 18,6 % tiene desempeño por debajo del nivel básico

Tasa de abandono y repitencias:

  • 47% no termina la secundaria
  • 57% en ámbito rural

Como se observa, de acuerdo con los resultados obtenidos muchos estos programas llevados no logran alcanzar la meta y los problemas se siguen replicando. Algo no es suficientemente efectivo para encontrar la solución al conflicto. La situación se parece más a un laberinto de trampas cognitivas sin posibilidad de encontrar una salida y nuevamente quedan sumergido en el desconcierto. Y entonces, se vuelve a ser noticia, y otra vez, se ingresa en ese circuito disfuncional de demandas, culpas y poca gestión.

El sesgo de nuestra lupa cognitiva:

Sin embargo, cuando se piensa en hacer un cambio en educación se acaba por criticarlo, a través de la lupa cognitiva propia de los involucrados. Entonces, aparece el sesgo: ¿por qué es tan difícil producir un cambio, lo suficientemente disruptivo, que plantee la posibilidad de generar una nueva forma de configurar a la educación? Porque es difícil tomar distancia de las creencias, la idea de solemnidad que acarrea el constructo “educación” paraliza o tiende a la repetición. “Somos prisioneros de nuestras propias tentaciones”, dice Narodowski (2018), “tentación a la nostalgia, de la reivindicación neurótica a la repetición”. El statu quo se sostiene en los mandatos colectivos construidos a lo largo de nuestra historia profesional, y se explica la disrupción desde esos preceptos que terminan por acomodarse a lo conocido. Pareciera ser que todo pasado fue mejor, tal cual narrativa de tango milonguero. Hacer algo distinto atenta con lo posible y quedamos atrapados solo en palabras vacías repitiendo lo mismo con otro nombre, lo que lleva al fracaso, y esto se retroalimenta en un circuito vicioso, para caer en la queja y poca producción.

 

  1. ¿Hay una luz al final del túnel?:

Ahora bien, tomando distancia y releyendo las propuestas, todas se fundamentan desde los mismos principios: achicar las brechas, revertir la inequidad y brindar estrategias de mejora, no se discuten los objetivos, el tema parecieran ser los planes y/o programas se comportan como una tendencia a la repetición neurótica de fracasos similares.

¿No será que se sostienen sobre el mismo modelo de estrategias?

Sumado a este patrón, si bien, son las mismas propuestas con distinto nombre, pero como una propuesta de cambio, novedad e innovación, lo ofrecen como respuesta a la demanda social que termina siendo falsa, una solución casi perversa y, por último, se vuelve a empezar de cero, es el cuento de la buena pipa.

En 2020, la pandemia evidenció esa situación desigual, de inequidad y de fracasos continuos pero esta situación disruptiva podría ser el punto de partida de una oportunidad para privilegiar el cambio, un cambio que responda a achicar las brechas y fortalecer los artículos 1 y 2 de la Ley Nacional de Educación Nro. 26.206: “La educación es prioridad y un derecho” para todos (2006), priorizando una mirada que sea global e inclusiva en donde lo macro se articule en función de lo micro. El protagonismo de los padres, las diferentes ONG, los mismos alumnos se hicieron eco de estas demandas y exigieron cambios... Ahora, ¿se conseguirá o quedará como otro momento más de la historia sin llegar a ningún puerto?

Pero la esperanza es lo último que se pierde, así dicen, por lo cual, se debe seguir intentando por aquello que se cree y este escenario disruptivo puede ser esa luz al final del túnel.

La innovación como estrategia, que trajo la pandemia, de la mano de los docentes: ¿puede ser la respuesta? como cita Carlos Magro (2020), podría ser una innovación que se dé en la tradición, pues hay factores de la tarea educativa que son importante preservar. La necesidad de identificar las experiencias positivas podría ser un camino en donde privilegiar y administrar los recursos y las estrategias. Es un punto central evaluar y dar cuenta de lo realizado: aquello que fue eficaz y aquello que mostró mayores dificultades deberían ser el mapa que ilumine el rumbo en pos de construir una educación de equidad y calidad. Diseñar en la innovación es provocar una disrupción sobre el sistema educativo, es atreverse a modificar las ideas que quedaron estancadas en el pasado para transformarlas en función de objetivos claros y concretos. Por esta razón es esencial planificar en los diversos contextos, ya que lo macro incide en lo micro y viceversa. Lo complejo es que la situación pandémica ha acelerado los cambios y muchas veces, como se ha dicho, estos cambios se leen como respuestas ante la emergencia. El objetivo es tener un panorama claro de los diversos contextos, ya que no todos los cambios se ajustan a la diversidad de escenarios. La propuesta es comprenderlos y, quizás, verlos como una oportunidad para desarrollar un plan que aborde distintas líneas de ejecución.

Solo el tiempo dirá, sí estos nuevos actores protagónicos que trajo la pandemia se sostendrán en el tiempo y sea la voz elevada de exigencias deberían no ser acalladas. Escribir sobre agua deje de ser la estrategia y la educación recupere su carácter de prioridad.

 

 

[1] https://www.argentina.gob.ar/consejofederaleducacion/documentos/resoluciones