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EDITORIAL

Pruebas Aprender:

por Mariana Schenone

El fin de esta evaluación es relevar, crear evidencia y monitorear la calidad educativa en todo el territorio de la República Argentina. Nos ayuda a entender y conocer cómo son los aprendizajes de los y las estudiantes para ajustar los procesos de enseñanza-aprendizaje y redefinir en dónde poner el foco.

A simple vista se observa una caída en los aprendizajes de la lecto-escritura y un sostenimiento medio/bajo en matemáticas. Esta caída es mucho más evidente en los sectores vulnerables.

Se asocian estos datos obtenidos como resultado al efecto de la pandemia, el desfinanciamiento y la situación socio-económica.

Sin embargo, los datos relevados en el 2019 por Unesco no son muy diferentes a los actuales. El primer interrogante que podríamos plantearnos es, entonces, ¿son estos datos producto de la pandemia? El cierre de las escuelas y la migración hacia la virtualidad durante casi un año y medio afectó a los más vulnerables. Esto no es una novedad, pero el problema, según Unesco, es como mínimo de hace cuatro años. ¿Es apropiado decir que la pandemia acentuó el desempeño en los aprendizajes de los y las estudiantes o es un dato que ya teníamos? En realidad, se podría afirmar que los reveló

Algunas de las resoluciones del Consejo Federal de Educación (CFE), que se votaron por unanimidad, para mitigar la desigualdad fueron: 

  • Resol. CFE Nº 363/20 Evaluación y continuidad pedagógica, cuyo objetivo es garantizar la continuidad pedagógica, tanto desde la educación remota como a través de los medios de comunicación, y de la realización de cuadernillos en función de los distintos escenarios. 
  • Modificación del art. 109 de la Ley Nacional de Educación referente a la educación a distancia (Resol CFE Nº 365/20 propuestas educativas a distancia).
  • Programa ATR, otra resolución 2905/21 con el fin de recuperar a aquellos chicos/as que se cayeron del sistema.

Estas resoluciones parecían acompañar un proyecto educativo de continuidad pedagógica frente al aislamiento obligatorio. Sin embargo, deberían ser monitoreadas y evaluadas con el objeto de redefinir, en función de las distintas situaciones que puedan quedar en evidencia, si son mantenidas en el tiempo. Los resultados de las Pruebas Aprender 2021 indican que no fue suficiente.

Ahora podemos abordar el segundo interrogante: ¿son estos resultados culpa del desfinanciamiento? Hace unos días, Alejandro Morduchowicz subía a Twitter una información sobre la caída de la inversión en educación. Según esos datos, los ingresos cayeron cinco puntos en los últimos cinco años, lo cual muestra que el desfinanciamiento tampoco es motivo suficiente para explicar los resultados obtenidos en las pruebas, ya que es una cuestión sostenida en el tiempo. Por ende, tampoco sería responsabilidad de uno u otro gobierno, sino de varios. Una toma de decisiones que deja en evidencia la capacidad de gobernabilidad por parte de los Estados.

La situación socio-económica tampoco parecería ser índice suficientemente poderoso para explicar el problema actual. A lo sumo es algo que hace años, lamentablemente, conocemos: el efecto cuna es un indicador de bajo rendimiento.

Es necesario mitigar las desigualdades. En la Argentina esta pandemia dejó ver que el 50% de los niños se encuentra bajo la línea de pobreza y el 35% no tiene acceso a… (datos relevados por el Observatorio Argentinos por la Educación). Pero en el último relevamiento del observatorio de la UCA Es propio de los Estados dar seguridades y para garantizarlas hay que planificar un proyecto educativo que resuelva estas desigualdades. (Matus, 2007).

Por otro lado, si se sostuvo el desempeño en matemáticas, ¿qué se hizo diferente con respecto a la enseñanza de la lengua? Algo se nos escapa, algo no se corresponde y no queda claro a partir de lo informado. Podría estar relacionado con el trabajo que se realizó durante los años anteriores por recuperar los resultados, y quizás puede ser entendido como una relativa buena noticia, es decir, como el reflejo de que se pudo sostener cierto nivel y no empeorar. El tiempo nos dirá.

En fin, el gobierno parece dar respuestas simples o sesgadas sobre la situación compleja que nuestro sistema educativo continúa atravesando.

Son los docentes los que dicen sentirse desprestigiados y sostienen que el peso de los no logros/fracasos cae sobre ellos; se perciben solos al no tener políticas acordes que los acompañen y demandan que se les consulte cómo hacen frente a la tarea, que cada vez se les hace más cuesta arriba.

Nos encontramos ante normas y propuestas que no tienen continuidad o son complicadas de gestionar; al parecer, las políticas y la gestión no se articulan.

 Algunas ideas para tener en cuenta al pensar un nuevo modelo de educación para nuestro país:

  1. Monitorear la desigualdad: relevar, dar evidencia.
  2. Concebir a la escuela intersectorial: entender el contexto y sus diferentes escenarios.
  3. Asegurar la continuidad en la trayectoria escolar: mediante el diseño de criterios pedagógicos que se elaboren desde la economía del conocimiento.
  4. Dialogar con la escuela.
  5. Entender para planificar y gestionar propuestas acordes.

 

Cuando la información es sesgada o se oculta algo nos falta, algo se nos escapa y, entonces, es cuando los errores se multiplican y se pierde la posibilidad de brindar propuestas en función de las necesidades. Lo peor es que nos quita la posibilidad de exigir. .” Los resultados que anuncia y persigue un gobierno dependen de apuestas contra la incertidumbre y las resistencias. Todo es nebuloso e impreciso en el juego social. Los gobiernos apuestan a resultados con fundamento en algún tipo de cálculo tecnopolítico” (Matus, Carlos, 2007, Los tres cinturones del Gobierno)